Los controles de acceso son aquellos sistemas de seguridad cuya función es determinar quién puede utilizar qué, gestionando los recursos, usuarios y permisos de acuerdo a una serie de criterios establecidos previamente por el administrador del sistema. Los controles de acceso se aplican en muchos tipos de situaciones, como pueden ser el acceso físico de personas a instalaciones, el acceso de vehículos a zonas restringidas, el acceso de usuarios a sistemas informáticos, control de presencia o control horario.
Funcionamiento de los controles de acceso
Básicamente los controles de acceso son mecanismos que, en función de la identificación y autenticación del usuario, autorizan o no el acceso a recintos, datos o recursos. Los controles de acceso desempeñan su tarea en varios pasos:
- Identificación: el usuario solicita acceso al sistema, el cual requiere al individuo algún tipo de credencial que le identifique, como puede ser un password, nombre de usuario, tarjeta o huella dactilar, que posteriormente será validada o no en el proceso de autenticación.
- Autenticación: el sistema verifica la identidad del usuario, es decir, comprueba si el usuario es quien dice ser, comprobando las credenciales aportadas por el usuario en la identificación.
- Autorización: el sistema comprueba los permisos del usuario y verifica si está autorizado a acceder a los recursos que solicita o realizar las funciones que pretende.
- Registro: los controles de acceso permiten saber quién, a qué y cuándo accede, así como quién lo intenta, por lo que deben guardar un registro completo de todas las incidencias para poder controlar su actividad en todo momento.
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