Semejanzas Del Hombre Y El Libro
Parece al principio un sinsentido, una asociación forzada en la lógica humana. Sin embargo, al detenernos observamos asombrados cuántas similitudes tenemos con esos objetos silentes y olvidados que son los libros.
El hombre tiene un nacimiento, proviene de unos progenitores creadores que han soñado previamente con esa criatura. El libro tiene un autor que acaricia previamente el sueño de un contenido para divulgar y recrear con otros congéneres.
El hombre nace en un entorno controlado para regir adecuadamente sus primeros momentos de vida, y el libro ve la luz en una editorial que cuida y esmera su presentación y contenido para ser atractivo y estimulante a los lectores.
El hombre goza desde el inicio de una identidad, su nombre, éste le sitúa en una individualidad dentro del planeta, bien, el libro también goza de un título que es registrado y único dentro del mercado editorial, y que le configura dentro de su género y estilo.
El hombre comienza su historia en el tramo de la infancia, el libro comienza su narrativa con la presentación. El hombre continúa con una vida cuajada de acciones, unas positivas y otras no tanto, el libro prosigue con una trama maravillosa y estimulante. El final del hombre y del libro es el cierre de esa individualidad; uno acaba abrazando la muerte y el renacer a una vida eterna, y otro acaba con la contraportada y el posible destino de la estantería olvidada o el anhelo de una mano deseosa de releer.
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